martes, noviembre 23, 2004

Lo tuyo y lo mío...amor...

Qué te doy. Cuánto. Mira. Mira mis ojos escuálidos de tanto llanto.
Qué dolor nuevo sorprenderá a mis años pobres. Dime, amor, cuándo dejarás de leer mis manos que ya no logran un buen recurso que te sirva. Cuándo, amor, perderé ese placer tuyo de retratar mi nostalgia.
Dime cuándo matarme el alma. Cuándo quemar mis retinas para no ver tu cuerpo alejarse. Cuándo arrancarme las venas para dejar toda mi sangre sobre tu memoria.
Ay, amor. Dime cuándo acabarás mi vida de un adiós. Cuándo negarás tu boca a mis labios sedientos. Cuándo dejarás catatónico mi corazón y vacío mi vientre.
Tendré que cortarme la garganta para que no se oiga el grito del desgarro. Mutilar mis piernas para no seguirte. Tapiar mis oídos para no escucharte decir mi nombre.
Mi nombre… que dejará de ser mío porque quedará en tu lengua…
Mi lengua… que deberé cortarla porque lamió tu sexo…
Mi sexo… le pondré cadenas y un candado de clausura…
Qué te doy. Cuánto. No sé si alcanza para que seas siempre mío. Para despertar siempre en el lado izquierdo de tu cama. Para que me esperes cada noche con esa vela que no ha muerto.
No sé si basta, vida mía, para ver pasar mis años en tu rostro… Deberé aplazar proyectos para no sufrir tu ida.
He dejado a mi gente, he abandonado a mi patria, te he dedicado mis sueños, he desafilado mis uñas… dime, amor mío, porque el tiempo es poco y no he escrito, si quiera, aún mi epitafio.
Qué te doy. Cuánto. Mira mis ojos escuálidos de tanta lluvia. Me he vuelto loca ¿sabes?, por haber temido tanto. Cuando sea el momento, amor, bésame la frente…

Mona


dime cuándo...